Saturday, June 10, 2006

Chicago


Llevaba dos dias pensando cómo explicar mi viaje a Chicago, y finalmente hoy he tenido unos instantes de inspiración mientras cenaba un riquísimo salmón a la parrilla con albahaca. No, evidentemente no lo he cocinado yo, ha sido la señora Michelina. O eso dice la caja, justo al lado de "microwave: 3 min".
Finalmente conseguí entregar el paper a tiempo el viernes por la tarde, después de que los resultados mejorasen milagrosamente el miercoles y consiguiésemos unas cuantas happy graphics para publicar en el artículo. Quedaron preciosas. Después de eso, y a pesar de quejarme por haber dormido poco esos días, me tenéis de nuevo a las 2 de la mañana escribiendo este estupendo post. Espero que vosotros, mis ávidos lectores, lo sepáis apreciar. Sí, vosotros tres.


Viernes 26 de mayo a las 8 de la tarde. Esa era la fecha de salida del avión de Pittsburgh hacia Chicago en la compañía Southwest, cuyo monísimo logotipo con un corazón rosa me hacía presagiar los peores augurios sobre la oleosa vida nocturna de Chicago. Y no andaba equivocado...

Después de despedirnos de David y Fernando hasta la saciedad en el aeropuerto (amigos que vuelven a sus lugares de origen después de 6 meses en Pitts) nos metimos en el avión. Los chicos de Southwest usan un algoritmo First Come First Served para repartir asientos (que en castellano se traduciría como "marica el último!"), así que... sin piedad en busca de un asiento, a codazos entre abuelas, niños llorones y homínidos cuyas tribus aún no han descubierto el desodorante. Una vez encajonados en los microasientos, el resto del viaje transcurrió sin novedad, con la única excepción de una señora que insistía en venderle su hija a Carlos por 3 camellas y un par de cabras. Creo que Carlos no estaba dispuesto a desprenderse de sus cabras, así que la cosa quedó en nada.

Después de una horita de metro llegamos a nuestro destino, la parada de Loyola en la línea roja, y finalmente al hotel. Perdón, no lo he dicho bien, me refiero al CHICAGO INTERNATIONAL HOSTEL. Un lugar así merece que se sepa su nombre completo y con letras mayúsculas.
Procedemos al check-in y nos topamos con una pareja de secretarias que darían mucho juego en un programa de Jose Luis Moreno. Una, gorda como una tapia; la otra, sorda como un tocino; y las dos juntas, con el cociente intelectual de una berenjena. Al cabo de casi una hora de lidiar con este particular dúo sacapuntas y volverlas locas con nuestras peticiones incomprensibles (una cama, POR FAVOR!), llegamos a nuestra habitación, tan cansados que íbamos a dormir como angelitos. Ilusos de nosotros...


El metro!!Supongo que por haber mantenido a la secretaria tanto rato sin comer con nuestras exigencias de alojamiento, se quiso vengar y nos dio la mejor habitación del lugar. Habitación con vistas A LA VÍA DEL METRO. Y que es lo peor de la vía del metro? Pues que pasa el metro, claro.
Total, que nos fuimos a dormir... y entonces lo oímos. Poco después, lo empezamos a sentir. Nunca hubiese pensado que un metro pudiese hacer tanto ruido! Quizás esta hecho a propósito para que la chusma se vaya a vivir a otros lugares y no molesten a los ciudadanos de pro. Aquella noche, ya que dormir, lo que se dice dormir, no pude, me dediqué a meditar sobre temas profundos... ¿Conocéis el efecto túnel de los electrones? Es un fenómeno de la mecánica cuántica que predice que un electrón puede atravesar una barrera de potencial y aparecer al otro lado de la misma, casi por arte de magia. Pues bien, mientras filosofaba llegué a la conclusión de que se trataba de un TREN CUÁNTICO que tenía la facultad de atravesar una barrera (de ladrillos) y cruzaba la habitación a toda velocidad entre las camas de Jose Mari y la mía. Eso, por lo menos, era lo que me parecía cada 13 minutos, cuando me traqueteaban hasta los testículos por el sonido infernal de ese invento demoníaco llamado METRO. Sólo llevaba 20 minutos allí y ya me estaba diciendo... "por qué no escogiste un hotel mas caro, TACAÑO?"

Mr LeatherEn fin, después de esta primera noche tan pintoresca, empezamos nuestra visita a Chicago. Para confirmar mis sospechas acerca de la orientación sexual de buena parte de sus ciudadanos, en el metro nos encontramos a un tipo llamado Ricardo. Muy amablemente, nos pidió que le llamasemos Bianca, que de noche le llamaban así. Me recordó a la escena de La Vida de Brian en que uno de los protagonistas dice "quiero que me llaméis Loreta, porque quiero ser mujer y tener hijos".
Para ilustrar más claramente el concepto al que me estoy refiriendo, obsérvese el personaje de la imagen de la izquierda. Seguro que es muy buena persona, muy agradable y simpático, pero yo no me quedaba a solas con él en un ascensor. Aunque viendo la frase de la camiseta, creo que debe de ser inofensivo; a mi entender, tiene pinta de representar el papel de muerde-almohadas en la pareja.

Gay Games VIIMe gustaría, de todas formas, destacar el esfuerzo encomiable que tiene la ciudad de Chicago para diseñar espectáculos del agrado de muchos de sus ciudadanos, como podéis ver en las imágenes. Estoy seguro de que sólo fue mala suerte, en realidad debe haber un montón de bares y discotecas no-arcoiris, lo que pasa es que no las vimos! Yo no tengo ningún problema en ir a un local de ambiente, siempre que haya por lo menos UNA mujer a la que tirarle los trastos. No es mucho pedir, creo yo! Pero nada, no hubo suerte... lo más parecido a una mujer que había en la última discoteca que visitamos era la susodicha Bianca. Y, sinceramente, no es mi tipo.

Bueno, creo que ya basta de críticas. Quiero resaltar que es una ciudad preciosa (a pesar de su metro 24h), con una arquitectura que vale la pena ver de cerca, con playas (el lago Michigan... igualito que el Manzanares, vamos) y con muchos espacios verdes en la costa. Os recomiendo encarecidamente el Millenium Park y el tour en barco al atardecer, donde una chiquilla muy mona y con voz de pato Donald os explicará la historia de Chicago. Ideal si entendéis algo, claro.


Otra cosa que recomiendo a todos los fans de baloncesto (yo el primero) es el United Center, estadio de los Bulls de Chicago, y muy especialmente la estatua de Michael Jordan. Estuve los tres días de excursión dando la brasa a todo el mundo para poder ir a ver esa estatua, y me costó bastante conseguir mi propósito. Una vez elegido el destacamento de fuerzas especiales para la operación Estadio Infinito, nos metimos en el metro (una vez más) y fuimos hacia allí. Ese barrio, por decirlo finamente, es CHUNGUÍSIMO, así que podría catalogar la misión como de Alto Riesgo. El caso es que, después de patrullar la zona en grupos de dos a paso ligero y con el culillo apretado, descubrimos una brecha en el sistema defensivo y nos introdujimos con nocturnidad y alevosía en el recinto. Encontrada la estatua, me hice por fin la ansiada foto y pude gozar en persona de aquello que tantas veces había visto en documentales. Me quedo con la frase escrita bajo la estatua: "Michael Jordan. The best there ever was. The best there ever will be". Cuánta razón.

El resto de la visita a Chicago es bastante más normal que lo que he explicado, así que ya os lo podéis imaginar. Ver edificios, monumentos, sacar fotos, parques, sacar fotos, tonterías, sacar más fotos, más tonterías, grabar vídeos de JoseMari confesando su amor eterno por Manuel, escuchar el metro un rato (oh cielos, una vez más), ducharnos con agua fría en el hostal (¿por qué no pagué un hotel más caro, PUTO TACAÑO?). En fin, todo lo normal que puede ser una excursión en la que, de 10 personas, 13 están mal de la cabeza.

Para ver las 200 fotos de la visita, apretad aquí. Hasta la próxima entrega!





4 comments:

Anonymous said...

Molt bo Lalo!!! Espero q continuis amb més posts!

Anonymous said...

OPERATION ENDURING BLOG

Hola, noi.

Efectivamente tu Post ha respondido a las expectativas y es grato ver que mantienes intacto el interés del lector a lo largo de la narración, en la línea de los relatos de los hermanos Collet. Algo que no sucede cuando se ojea el "estatut".
Me ha hecho gracia también el uso de léxico castrense para definir una parte de la excursión. Sin duda F.W Hummel y yo mismo estamos orgullosos de ti. Aún así veo cierta rigidez en la nomenclatura de los operativos, que suguramente se debe a la falta experiencia en lides militares. Además como homenaje a la tierra que te acoje deberías renombrar los operativos en la lengua vernácula.

Tema a parte es el monogràfico que merece en "traqueteo de los testículos" y su relación con la mecánica cuántica...pensaremos en ello encarecidamente, degustando un buen vino francés mientras Tunez le mete un carro a España.

Un abrazo.

Anonymous said...

Joer que envidia me dais kbrones. Dando vueltas por los las bellas ciudades americanas mientras yo me dedico a calcular cuanta energia se puede sacar de dos toneladas de residuo solido urbano.

El post ha estado muy bien, pero tendriais que haber confraternizado con la poblacion local y haber contado las aventuras que deberiais haber tenido en esos clubs nocturnos: que por lo que veo hubiese sido muy 'interesante' (a seis chicarrones como vosotros os rifan, seguro)

Asi que ya sabes, tienes que dar a tus lectores lo que piden: sexo y violencia.(y si es a la vez, mejor). Por lo demas, sigue asi y que no decaiga!

Ariadna said...

quines fotos mes xules, i quina enveja!!!! :-P